Chao Álvaro... buen viaje.

Ya está. En la mañana terminamos de despedir a Álvaro, marcando el término de un tiempo en la Maestra, un hito. Se trato del aporte de un personaje que tuvo mucho que ver con la refinación en el escuchar de temas salseros que se entronaban en el sonido clásico de este estilo, o con el descubrimiento y valoración del aporte de las formaciones colombianas –los Niche, Joe Arrollo, Los Frukos, ect. O la hermandad del sonido sincopado del jazz de los sesenta y que aporta con su fuerza –comentado todo esto en otras crónicas- al la rumba del mundo.
Pero Peláez es además un multifacético, un sujeto que discute sus puntos con el respeto de la mirada del tangero consumado –se entiende que tiene dos alcances esta idea, pues es que el milonguero tiene un aire de resignación dada por la vida que se acerca a un cenit, y por otro que Álvaro es un seguidor de este estilo de música. Se podría decir que este es un melómano, culto y refinado por la vida misma, por la observación y la resignación de la condición humana.
Tiene, por otro lado, esa cosa que le reclamábamos cuando estaba con nosotros, esa cosa de “viejo mañoso”, casi como un obsesivo para ciertos temas –alguien podría decir que se trata de una actitud de rigurosidad ajena a nuestra practicas- pero queda mejor la molestia de indicarlo como un tipo un poco neurótico.
Pero es definitivamente su elemento más distintivo, para mí por lo menos, su actitud y consecuencia a toda prueba. Si se molesta con algo lo dice, lo declara con respeto, pero es implacable, no tiene pelos en la lengua –perdón, no tiene mucho pelo a la vista por lo menos- para manifestar su desagrado por algo o con alguien.
Estas son las casas que sirven de fundamento de la gran cantidad de gente que lleno al local anoche, y que le dimos una calurosa despedida, que incluso acompaño una de las buenas bandas de salsa del momento, la de Manuel Ramírez.
En un cuaderno de comentarios se le escribió una cantidad de buenos deseos en su nuevo tiempo. Yo simplemente le dije hasta pronto.

PD: La próxima entrega será referida a la frase que encabezo su despedida. “Andarte pa´ tu país…”

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