Maestra VIP

Tiene una fascinación, un lugar que inevitablemente encanta en algún momento. Pero de ahí a ser un centro de reunión de personajes de la farándula, que intenta terminar el carrete después de una larga juerga de quien sabe que lugares. Y a pesar de lo que diga la Quiara con respecto a mis motivos para comentar sobre la Moyenei Valdés –la conozco desde el tiempo de juvenil militancia en La Florida- y las suspicacias que me causa su gradual intromisión en el mundillo del show trasnochado de jet set criollo, todo esto cuando la noche fría propiciaba un cierre decente a las dos y media de la mañana –terminó de tocar “La Bataola” y no hay más de cuarenta rumberos- cuando de pronto entra un granel de personajes, ninguno reconocibles, más solo el soplo unísono de la Claudia, con su peinado “dreads”, su figura cosmopolita, y su nuevos amigos, todos –según me cuentan los taxistas- de un nuevo reality de canal trece. Le concedo la posivilidad que se queden hasta que termine la música, pero con el compromiso que ella se encarge de despejarme el local.
Son modelos, bailarines, un ex campeón de boxeo, actores desfigurados de tanta cámara nocturna, amigos –una jauría de ellos- y al parecer un productor que se encarga de facilitar el camino de las celebridades.
Mala cosa, ya van a ser las tres de la mañana y los tipos esperan a otros que están por llegar. Se me acerca el ex campeón de boxeo y me dice que debo cerrar a las cinco, según él esa es la hora de término del carrete. Yo le aclaro que el máximo es a las cuatro los días de semana. Como que no se convence y ya me veo con un cornetazo en la cara. Bajo el tono, pero sin perder el control.
Y nuevamente me convenzo que los amigos de verde tienen un mínimo de criterio. Han estado toda la noche infraccionando a cuanto se mueve y “visitando” los locales del barrio –me cuenta un vecino que los han estado filmando unos canales de TV y están “realizando una exhaustiva labor de fiscalización”, el problema es que esta noche todo el mundo esta capeando el frío en sus casas. El tema es que me visitan –por quinta vez- y veo la oportunidad para desalojar sin problemas. Era un oficial y al parecer los chicos faranduleros han ido a conversar con ellos previamente. Me dice que no tenga problema, que puedo seguir funcionando, que los parroquianos en cuestión son “tranquilos”.
Igual paro la música a las tres y cuarenta.
Noche de eliminados en “Maestra VIP”.

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