"Sabes, Hugo, llevo como 15 años......sí 15 años!! Bailando y disfrutando de la Maestra... he reído, querido y portado mal también.. Tengo muchos amigos allí, con los cuales he compartido todo este tiempo. No me queda otra cosa que manifestar mi pesar por tu correo e invitación.. La Maestra se debe a su público, por él vive... y habemos muchos, muchos que no estamos con lo que representa el Señor Arrate, y menos!! con lo que representa el Sr. Cuevas... La Salsa no tiene color político, por eso es de todos, y por eso esta viva. La verdad lo lamento, pero en el legítimo debate democrático me veo obligado, por el cariño que profeso hacia el "boliche", por ser un cliente antiguo... que esta vez, tu llamado confunde, y obliga a definirse, aunque eso signifique politizar la Maestra....Un abrazo... " (Rumbero)
De estas palabras, el comité organizador, construyó la respuesta y la lectura de apoyo a los candidatos de la izquierda:
Estimado ciudadano de Maestra Vida:
El sentido original de la convocatoria a este evento es justamente político. Tú como habitante de este lugar debes haberte dado cuenta, con la perspicacia con que planteas tus puntos de vista, no dudo de ello, que Maestra Vida es profundamente político. Es un lugar donde se aceptan las distracciones del alma como ningún otro espacio de rumba en Chile, un lugar que desde su origen se transformó en la madriguera de los que habían luchado y aún lo hacían en aquel tiempo contra la noche larga de la dictadura, por lo tanto era un contrapunto, una verdadera osadía del mundo que se quería construir en la calle larga y angosta de nuestra patria.
El sentido original de la convocatoria a este evento es justamente político. Tú como habitante de este lugar debes haberte dado cuenta, con la perspicacia con que planteas tus puntos de vista, no dudo de ello, que Maestra Vida es profundamente político. Es un lugar donde se aceptan las distracciones del alma como ningún otro espacio de rumba en Chile, un lugar que desde su origen se transformó en la madriguera de los que habían luchado y aún lo hacían en aquel tiempo contra la noche larga de la dictadura, por lo tanto era un contrapunto, una verdadera osadía del mundo que se quería construir en la calle larga y angosta de nuestra patria.
Te digo, estimado ciudadano, que en algún minuto ese sueño se hizo añicos en la muralla del pragmatismos, cuando los que llegaban a bailar la salsa ya no eran los que lucharon por un país más justo; eran burócratas que gastaban los cheques públicos en el alcohol que ahogara su frustrado paso por la democracia deslucida y negociada. Y eso se notó en la propia vida de Maestra. Te recuerdo que nunca hemos dejado de insistir en nuestro origen: proletarios, profesionales, estudiantes, gays, mujeres libertarias, artistas alcohólicos, mentirosos, e incluso aquellos burócratas que pasaban la madrugada espantando las culpas se agrupaban en torno a la luminosa jornada de rumba.
Y los trabajadores, qué hay de nosotros, los que cada noche te hemos recibidos con tus infidelidades, tus malas caras o tus modos personales que no caben en el vaso del ron que te sirven con esmero. La historia ha enseñado que tarde o temprano los que te servimos pedimos atención, y si tu lectura veloz no fue capaz de entender el verdadero sentido político de la convocatoria te decimos: los trabajadores de Maestra Vida creemos que en la calle larga y angosta llamada patria, donde proletarios, profesionales, estudiantes, gays, mujeres libertarias, artistas alcohólicos, mentirosos y burócratas tienen cabida, ese es el sueño que queremos transmitir, y como somos parte del día hemos tomado partido, tenemos opinión, a pesar de que quisieras te siguiéramos sirviendo sin opinar.
Como escribiera Jean Genet: las Criadas se han cansado y queremos borrar esa muralla desdichada que divide la realidad del sueño que fundó nuestro lugar.
Es por todo esto que lo que hemos escuchado de voz de Jorge Arrate y Cristián Cuevas y de una decena de candidatos si tienen que ver con Maestra Vida, con su historia y la rumba que inunda cada noche a nuestra querida Maestra Vida.
Un abrazo.
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